No es un grito de dolor, no es un grito de placer.
De mi garganta no sale voz alguna, pero aun así estoy gritando.
No es un grito de impotencia, no es un grito de victoria.
Pues gritar por eso no sirve de nada si nadie te escucha.
Oídos sordos escucharan el grito, y los que escuchan, un leve murmuro.
No es un grito de ultratumba, no es un grito salido de un ser vivo.
Solo es un grito... de elevados decibelios llamando algo o alguien,
pero nadie escucha y quien escucha lo ignora...
No cesare el empeño... ¡no dejare de gritar!
no aceptare la realidad, no viviré en un sueño, dulce, amargo y salado.
NO... aunque me quede afónico... ¡no dejare de gritar!