Con manos entregue una caricia,
El corazón hablo, no por ello con razón,
Estúpido, susurré, acto seguido besé,
Que sabor tiene, el amor con pizca de malicia.
Todos y cada uno de sus latidos robe,
Ni gota de su sangre quedo en el,
Pues el alma a la razón le fue infiel,
I sin más dilación, su amor apague,
Como se apago la vela en la noche,
Como se apago la luna al alba,
Y sin más deleite que sus besos,
Vendí esa noche por mi alma.